El agua y la energía
El agua es esencial para la vida, y es el
denominador común de todos los retos del desarrollo sostenible.
Necesitamos agua para producir alimentos. Necesitamos agua para producir
energía. Mejorar el acceso al agua significa también que millones de
niñas puedan ir a la escuela en lugar de tener que andar kilómetros para
llegar al pozo. Significa mejorar la salud materna, reducir la
mortalidad infantil, preservar el medio ambiente.
Debemos entender mejor las complejas interacciones
entre recursos que guardan relación entre sí como el agua, la
alimentación y la energía. Y debemos reconocer que es imposible ordenar
esos recursos de forma sostenible si los tratamos de manera aislada.
Toda forma de produ
cción de energía incide en la cantidad y la calidad
del agua disponible. Las decisiones adoptadas en un sector repercuten en
el otro, para bien y para mal. Así, por ejemplo, el informe mundial
sobre el agua que hoy se presenta confirma que las poblaciones que
carecen de electricidad son las mismas que carecen de agua. Y no es por
casualidad: se necesita agua para producir energía y se necesita energía
para el saneamiento y el suministro de agua. Ambas son indispensables
para el bienestar y para el desarrollo sostenible.
La sostenibilidad se basa en
nuestra capacidad para entender todas estas interrelaciones y para
formular políticas más adecuadas, capaces de abordar los recursos
interconectados de forma más integrada. El reto es tanto mayor cuanto
que la demanda de agua y de energía aumenta de manera espectacular, en
particular en las economías emergentes, donde la agricultura, la
industria y las ciudades se desarrollan a un ritmo vertiginoso.
Debemos encontrar los
medios para garantizar un acceso al agua y a la energía en calidad y
cantidad suficientes, de forma sostenible.
La sostenibilidad depende también de que se mejore
la cooperación entre todas las partes de que se trata -responsables
políticos, científicos y empresas públicas o privadas-, que, a pesar de
depender unas de otras, con demasiada frecuencia se ignoran. En 2013 se
dieron pasos importantes con el Año Internacional de la Cooperación en
la Esfera del Agua. Asimismo, la iniciativa sobre el saneamiento lanzada
por el Sr. Jan Eliasson, Vicesecretario General de las Naciones Unidas,
insta a fortalecer la acción colectiva para mejorar la gestión de los
desechos y las aguas residuales. La falta de saneamiento acarrea
consecuencias catastróficas, especialmente para los niños, y la clave
del problema tiene que ver también con la energía.
En el planeta hay agua suficiente para todos. Lo
que aún nos falta es una mejor gobernanza y la valentía colectiva para
llegar a acuerdos equitativos, que deben basarse en los resultados de la
investigación y en datos fiables. La UNESCO seguirá poniendo sus
recursos al servicio de esta causa, en particular nuestro Programa
Hidrológico Internacional, el Instituto de Delft para la Educación
relativa al Agua, los centros y cátedras especializados en el agua, los
datos del Programa Mundial de Evaluación de los Recursos Hídricos…
Todos ellos pueden contribuir a fortalecer las
capacidades, profundizar la investigación y compartir las buenas
prácticas. Juntos podremos integrar mejor el agua y el saneamiento, y el
vínculo entre el agua y la energía, como resortes positivos para el
desarrollo sostenible.
Mensaje de la Sra. Irina Bokova, Directora General de la UNESCO
con motivo del Día Mundial del Agua 2014
con motivo del Día Mundial del Agua 2014
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